My top 5: Disappointments

El pasado sábado se concluyó la temporada regular de la OMCat 2011. En OMCat Digest queremos ir desgranando lo que han dado de si estas pruebas, para tener una imagen nítida de lo acontecido.

En este primer artículo vamos a relacionar el Top 5 de las decepciones de la temporada.

En el número 5: Fu-Manchú
La actuación del Hitter de Castelldefels ha sido sin duda uno de los temas recurrentes a lo largo de la temporada, y no podía faltar en este recopilatorio. Siendo uno de los mejores shot makers del circuito, no ha sido capaz de canalizar sus habilidades sobre la alfombra al campo.
Se esperaba mucho más de un jugador de su calidad, que no se ha dejado ver ni en los resultados generales, ni tampoco en competiciones que parecían hechas a medida del díscolo jugador como el BumBumCat.
Fuentes fidedignas nos han comentado que Fu se esta preparando a conciencia para irrumpir con fuerza en el circuito 2012, ya que quiere dejar atrás tan discreta actuación

En el número 4: Juanchila
La visita del golfista de La Pampa se recibió en la OMCat con gran ilusión. La posibilidad de contar con un jugador de tal calibre en una prueba del circuito permitiría a atraer a multitud de patrocinadores que no harían más que mejorar las condiciones de los jugadores habituales.
La realidad fue totalmente opuesta a las peores expectativas creadas, y el señor de las barrancas se arrastró, y de qué manera, por los campos Catalanes.
Apenas logró pasar de 20 puntos stableford, y pudo comprobar que esta diabólica modalidad de juego es mucho peor que el tan aclamado medal play que se estila por el hemisferio sur.
Sin lugar a dudas, es aceptable que Juanchila no ganara la prueba, como deferencia a sus amfitriones, pero el espectáculo ofrecido fue una ofensa para todos aquellos que acudieron a Golf Girona con la intención de ver golf del bueno.

En el número 3: Los AuSDentes
A mitad de la temporada, los Single Digits más laureados del circuito dominaban con mano de hierro la tabla. Amba y Calimocho, compañeros curtidos en mil batallas se mostraban intratables al frente de la tabla, y entre los dos sumaban tres victorias en las cinco primeras pruebas disputadas.
Su misteriosa ausencia des del Major hasta después del verano fue una decepción para todos los aficionados, que vieron como la competición perdió a dos de sus máximos contendientes.
La buena noticia es que ya están de vuelta al circuito, aunque parece que han vuelto sin el impulso que tenían antes del parón.

En el número 2: Tirandobolas
El primer líder de la OMCat ha sido una de las grandes decepciones des de aquel primer día de gloria. Laureado en La Graiera, se esperaba mucho de un golfista con mucho recorrido por delante, y la tranquilidad de tener los deberes hechos el primer día. Pero la cosa se torció, y “el ricitos” no ha vuelto a ser el de entonces.
Las malas lenguas cuentan que tras su fulgurante irrupción en el olimpo del golf, la avalancha de ofertas de patrocinadores recibidas y la facilidad con la que se ponían ante sí los placeres de la vida como ganador de una prueba, llevaron a uno de los golfistas con mayor proyección a la más completa autocomplacencia.
Me aseguran que en una de las dos pruebas celebradas tras el parón veraniego, se le pudo ver tras su ronda en la casa club, brindando con Champagne, a pesar de que el rendimiento ofrecido en el campo no estuvo a la altura de lo esperado.

Y finalmente, en el número 1: Marcelino Gómez
Si había un jugador en todo el circuito a quien todo el mundo señalaba como máximo aspirante a dominar con mano de hierro la clasificación, no era otro que el astro montañés.
Su alto grado de emboscamiento, y el ascendente de Seve eran las bazas que situaban a “El noi de la Llagosta” en el primer lugar en todas las apuestas.
El batacazo llegó de inmediato, y ya en la primera prueba acusó la presión de estar en el centro de todas las miradas, en lo que sería un adelanto de lo que estaba por llegar. A pesar de que fue cuajando buenas actuaciones se ha ido de esta primera temporada regular sin ninguna victoria en su haber, y el descalabro de Sant Cugat le han devuelto a las tinieblas de la autodesconfianza.