Como no podía ser de otra forma, la última prueba de la OMCat celebrada
en Reus tuvo sus triunfadores, pero también se cobró algunas víctimas.
La mayoría de los derrotados aguantaron estoicamente el varapalo que el
golf les dió, una vez mas, el pasado domingo. Pero hubo uno de los
jugadores que lo pasó realmente mal durante la partida. Estamos
hablando del consagrado Hitter català Fu-manchú, que volvía a los campos tras un parón de casi dos meses por una lesión de espalda.
Tras una primera toma de contacto con la competición en la meseta la
semana anterior, Fu se veía capaz de romper el campo, y situar su buen
hacer golfístico en el lugar que se merece: lo mas alto de la
clasificación. Es más, nos aseguran que en caso de haber cuajado una
buena actuación, hubiera cancelado su supuesto compromiso familiar para
poder quedarse a comer junto con sus compañeros, y poder darse un baño
de multitudes y elogios.
El día se presentaba ideal para las características del “niño de la
bola baja”. El viento iba a complicar el día a la mayoría de los
jugadores de la OMCat, que a diferencia de Fu, tienen un repertorio de
golpes muy limitado (vease filazos, slices, y pesaditos). En el campo
de prácticas, Fu exhibía sus stingers al draw y al fade a la vez que
pensaba en su discurso al recoger el premio como ganador. Tal era su
confianza en esos momentos que, parafraseando al gran Pisha, sentía que
el golf no tenía secretos para él. Dominaba todos los golpes.
Un castillo de naipes era el que había auto-generado Fu en su cabeza,
pues tal y como confeso, habia traido en su bolsa el drive para el
swing malo. En palabras del propio Fu, “ahora no estoy para pegarle con
el Tittleist”, con lo que trajo el R9. La primera grieta en su propia
confianza.
Empezó la ronda, y los golpes se iban sumando demasiado rápido al
marcador de Fu. El juego del ídolo de Castelldefels no estaba a la
altura de sus pantalones IJP. En pocos hoyos, la frustración por el
pésimo nivel de juego se empezó a traducir en blasfemias a diestro y
siniestro. Los vertiginosos greens centraron la mayor parte de las
quejas. A partir del hoyo 12, Fu había perdido la ilusión por el golf.
Solo el mini-match final a 6 hoyos con Jarvis le dió algo de
aliento para acabar la ronda con la ilusion de quien gana a su ídolo.
Al acabar, caras largas y una promesa: “Lo dejo hasta el viaje a
Escocia. Tengo que volver a coger ganas de jugar.”
Las declaraciones de Fu a la prensa han generado un gran revuelo.
Si bien es cierto que el resultado es decepcionante, nadie esperaba
semejante espantada por parte de un jugador del carisma de “El elejido
por eolo”. La respuesta de la afición no se ha hecho esperar, y a
través de twitter se ha iniciado la campaña “Todos con Fu” (#todosconfu),
que ya cuenta con miles de usuarios agregados que han mostrado su apoyo
incondicional al jugador del Baix Llobregat. Entre ellos, destaca el
apoyo ofrecido por Natalie Gulbis, que se ha volcado con la causa.
Fuentes bien informadas, me aseguran que Fu se ha mostrado
impactado por tales muestras de apoyo, y se plantea seriamente su
decisión. Estaremos atentos a nuevas noticias sobre el tema.
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